1er Capitulo
Courtney – El Viaje
Courtney – El Viaje
Traducido por librojoven.blogspot
Corregido por Annae
Corregido por Annae
Día Uno, 8:07 a.m.
Soy una traidora a mi generación. En serio. Hoy en día no hacemos más que oír que hay que ser mujeres fuertes y luchar por nuestros derechos, y mira tú lo que acabo de hacer. Debería ser una de esas historias de la vida real de Seveenten.* “¡Construí Mi Vida Alrededor De Un Chico! ¡Y Ahora Me Arrepiento!” Por supuesto, eso no entraña la intensidad emocional de alguna de sus anteriores historias, véase “Cogí Una ETS** Sin Haber Practicado El Sexo”, pero aún así es importante.
*Revista Americana
**Enfermedad de transmisión sexual
“Vas a estar bien.” Dice mi madre, removiendo el café junto al fregadero. “De hecho, creo que estás actuando de forma algo ridícula.”
“¿Yo ridícula? ¿Yo ridícula?”
¿Cómo puede decir eso? ¿Ha perdido la cabeza? No tiene nada de ridículo el estar disgustada por irte de viaje con tu ex novio, cuando dicho ex novio te rompió el corazón y te dejó tirada por alguna zorra de Internet. Aunque en realidad no puedo decir que sepa con seguridad que sea una zorra. Pero estoy bastante segura de que lo es. Quiero decir, ¿liándose con tíos por internet? Creía que eso sólo era para cuarentonas divorciadas que retocan sus fotos con Photoshop en un esfuerzo por parecer más jóvenes y más delgadas. Por no mencionar ¿en qué estaba ÉL pensando? ¿Un chico de dieciocho años que podría tener a cualquier chica que deseara, teniendo que recurrir a citas por internet? Pero tal vez ese sea el problema con los chicos que pueden tener a cualquier chica. Una nunca es suficiente.
“No dije que fueras ridícula.” Me dice mi madre. “Dije que estás actuando de forma ridícula.”
“En realidad no hay diferencia.” Le digo. “Es como si alguien dijera -Actúas como un tramposo-, eso es porque estás haciendo trampas. Lo que significa que eres un tramposo.”
Como Jordan. Aunque supongo que él técnicamente no me engañó, porque rompió conmigo antes de empezar a salir con la chica de internet. En mi mente, aún pienso en él como en un tramposo. De otra forma, sólo habría conocido a otra chica que le gustó más, y eso no es tan dramático.
“Courtney, suplicaste y suplicaste por hacer este viaje.” Dice mi madre.
“¿Y?”
¿Esa es su gran justificación para llamarme ridícula? ¿Está de broma? Los adolescentes suplican y suplican todo el tiempo: por piercings en la nariz, tatuajes que pongan “Peligro”. Ninguna buena idea. Se supone que mis padres tienen que ser la voz de la razón, devolviéndome en todo momento al buen camino. Obviamente están locos por haber aceptado este plan, en primer lugar. Quiero decir, ¿en qué estaría yo pensando? ¿Haciendo planes para conducir mil quinientos kilómetros hasta la universidad con un chico con meses de antelación? Todo el mundo sabe que la duración media de una relación de instituto es más corta que el episodio de una serie de televisión.
“Tú eres la madre.” Digo. “Deberías haber sabido que esta era una idea horrible.”
Tengo la esperanza de que las culpas recaigan sobre ella, pero no pasará por esas.
“Oh, por favor.” Dice, poniendo los ojos en blanco. “¿Cómo se suponía que iba yo a saber que iba a romper contigo? No soy adivina. Ni tampoco conozco las costumbres de las salas de chat de internet.
“No era una SALA DE CHAT.” Digo. “Era MySpace.” Nadie entraba ya a las salas de chat. Aunque por qué ninguna chica iba a querer salir con Jordan basándose en su página de MySpace me superaria. La canción que escogió para su perfil es “Let’s All Get Drunk Tonight”, de Afroman.
“Correcto.” Dice mi madre, bebiendo un sorbo de su café. Mis padres están tratando de enseñarme algún tipo de lección. No creen que sea bueno que tengan que pagar más de quinientos dólares por un billete de avión de última hora desde Florida a Massachusetts, cuando fui yo quien los convenció para que me dejaran ir en coche. Además, mi madre cree que todo esto no es más que la típica angustia adolescente, una de esas situaciones representadas en las comedias adolescentes que se resuelven en media hora de risas y contratiempos. Ya sabes, cuando dejan a la chica, pero después ella se da cuenta, hacia el final del programa, de que está mejor sin él, y luego se lía con algún otro tío bueno que es mucho mejor para ella, mientras el chico que le rompió el corazón termina solo y deseando volver a estar con ella. Eso es algo que definitivamente no está pasando aquí. De hecho, es más bien todo lo contrario. Jordan se está divirtiendo muchísimo con su chica de MySpace, mientras que yo estoy aquí sentada, deseando estar con él.
Suspire y observe por la ventana de la cocina, buscando el Trail Blazer de Jordan.
Son las 8:07, y se suponía que iba a estar aquí a las ocho, lo que me hace pensar que:
a) llega tarde
b) está siendo un capullo y me está dejando tirada
o
c) se ha visto envuelto en un horrible accidente de coche que lo ha matado
La opción más probable es la A. (Fuimos juntos al baile de graduación, y la limusina tuvo que esperar en su puerta media hora. Al final de la noche nos cobraron una hora extra. Él –léase: sus padres- la pagó, aún así.) Aunque yo me quedo con la opción C. Ok, puede que sin la parte de él muerto. Sólo una pierna rota o algo así. Quiero decir, sus padres siempre se han portado muy bien conmigo, y me sentiría fatal si perdieran a su hijo menor. Incluso aunque sea un mentiroso y un tramposo.
“¿Quieres café?” Pregunta mi madre, lo que es ridículo porque sabe que yo no bebo café. El café interrumpe el crecimiento. Sólo mido 1,55, y aún albergo esperanzas de crecer unos cuantos centímetros más. Además, ya estoy lo bastante tensa. Colocarme con cafeína no es, definitivamente, una buena idea.
“No, gracias.” Digo mirando otra vez por la ventana. Siento un nudo creciendo en mi garganta y lo ignoro. Él no me dejaría tirada, ¿verdad? Quiero decir, eso es muy retorcido. Aunque si lo hiciera, eso significaría que no tendría que ir con él. Lo que sería fantástico. Si me plantara, mis padres no tendrían más opción que dejarme comprar un billete para Boston. Que es lo que deberían haberme dejado hacer desde el primer momento. Inspire profundamente. Sólo son tres días. Podré superarlo, ¿verdad? Tres días no es nada. Tres días es… Me devano los sesos, intentando pensar en algo que dure sólo tres días. ¡Las vacaciones de Navidad! Las vacaciones de Navidad duran diez días y siempre pasan volando. Tres días sólo es un tercio de eso. Además, lo tengo todo planeado al minuto. El viaje, quiero decir. Así estaremos ocupados cada segundo. Por supuesto, las vacaciones de Navidad son divertidas. Y esto va a ser insufrible.
Mi padre entra en la cocina, vestido con un traje gris y bebiendo un batido proteico. Está tarareando una canción de Shakira. A mi padre le encanta el pop. Lo que es raro. Porque tiene casi cincuenta. Aunque creo que puede estar pasando por una ligera crisis de la edad media, ya que últimamente ha empezado a comprar ropa rara. Y sospecho que ha estado usando autobronceador, porque definitivamente se le ve algo naranja.
“Buenos días.” Dice, dirigiéndose hacia donde mi madre está sentada en la mesa de la cocina y plantándole un beso en la cabeza. Abre la alacena y saca una caja de cereales.
“Buenos.” Murmuro, no muy segura de qué hay de bueno en ellos.
“¿Preparada para la universidad?” Pregunta, sonriente.
“Sí, supongo.” Digo, tratando de no sonar demasiado como una mocosa. Mi padre ha aceptado todo esto de mi ruptura mucho mejor que mi madre. Se ha pasado horas intentando alegrarme a base de decirme que conoceré a alguien mejor, que hay más peces en el mar, que nunca le gustó Jordan, etc. Además me compró un iPod nuevo y toneladas de ropa para la universidad. También me pasó una copia de Simplemente No Le Gustas Tanto, que supongo pensó que sería fortalecedor. De hecho sí que es algo fortalecedor, porque habla de cómo no deberías pillarte por un chico que no quiere estar contigo. Por otra parte, darte cuenta de que al chico que te gusta “simplemente no le gustas tanto” no es demasiado bueno para tu propio amor. Además estaba leyéndole partes a mi amiga Jocelyn una vez, y me interrumpió para decir:
“De hecho, si necesitas un libro como ese para que te diga que simplemente no le gustas tanto, probablemente no seas del tipo capaz de superarlo.”
No lo intentaba decir exactamente sobre mí, pero aún así.
“¿Aún no ha llegado Jordan?” Pregunta mi padre, vertiendo leche sobre los cereales.
“Por supuesto que no.” Digo. “Eh, y si no aparece, ¿entonces qué?”
“¿Crees que no aparecerá?” Pregunta él, alzando la vista. “¿Por qué no iba a hacerlo?”
“No lo sé.” Digo. “Pero ¿y si no lo hace?” Empezaba a albergar la esperanza. No hay forma de que ninguno de mis padres pueda o quiera llevarme allá en coche. Ni siquiera me sentiré mal por el dinero que tendrán que gastar en el billete de avión de último minuto, dado que son ellos los psicópatas que me están obligando a hacer este viaje, en primer lugar. “¿Entonces qué?” Insisti.
Pero nadie tuvo que responder a ello, porque el sonido de la gravilla crujiendo
fuera, en el porche, llega a través de la ventana. Mire afuera, y la luz reflejada en el parabrisas del Trail Blazer de Jordan me dio en los ojos.
Algún tipo ridículo de música rap estaba llegando a todo volumen desde el coche, lo que me puso aún más enfadada de lo que ya estaba. Odio el rap. Ni siquiera escucha rap normal, como Jay-Z o Nelly. Escucha rap “hardcore”. (Su palabra, no la mía. Nunca he utilizado la palabra “hardcore” en mi vida. Bueno, justo hasta ahora mismo, pero tan sólo para citar a Jordan.) Ignoro la sensación rara en mi estómago y corro afuera para poder gritarle por llegar tarde.
“¿Dónde has estado?” Exijo mientras sale del coche.
“Yo también me alegro de verte.” Sonríe. Lleva shorts flojos marrones y una camiseta azul oscura de Abercrombie. Su pelo oscuro está húmedo, lo que significa que probablemente acaba de salir de la ducha, lo que significa que probablemente se acababa de despertar. “Lo siento. Estaba empaquetando mis cosas, y después estaba intentando encontrar a mis padres para poder decirles adiós.”
¿Empaquetando sus cosas? ¿Quién espera hasta el día en que se marcha para la universidad para empezar a empaquetar sus cosas? Mis cosas han estado empaquetadas durante una semana, colocadas limpiamente en el exterior de mi habitación hasta que las llevé a la cocina esta mañana. Quiero decir, la oficina de alojamiento nos envió una lista. De las cosas que traer. Apuesto a que Jordan no tiene nada de eso. No es que me importe. Si quiere dormir en un colchón vacío, asqueroso y sucio porque se olvidó de comprar sábanas extra-largas, por mí bien.
He superado completamente lo de Jordan. Esta soy yo, superando lo de Jordan. La, la, la.
“¿No recibiste mi email?” Le pregunto. Hace tres días le envié una copia de nuestro itinerario. Era muy corto, con una línea de asunto que ponía “Horario”, y decía “Jordan. Incluida. Una copia del horario de nuestro viaje. Saludos. Courtney.” Estaba muy orgullosa de él. Del email, quiero decir. Porque era tan corto y tan frío. Por supuesto, nos llevó unas dos horas a mí y a mi amiga Jocelyn encontrar las palabras perfectas, pero Jordan no lo sabe. Sólo debe pensar que soy demasiado importante como para componer largos emails para él, o como para perder el tiempo en un intercambio de mensajes. No es que él me respondiera al mensaje. Pero eso fue obviamente porque fui muy fría.
“¿Aquel sobre el viaje?” Frunce el ceño. “Sí, eso creo.”
“¿Eso crees?” Pregunto.
“Court, no puedes planearlo todo al minuto.” Dice él. “Va a haber imprevistos.” Tomo las gafas de sol que están sobre su cabeza y se los puso.
“Bueno, da igual.” Digo. Afortunadamente tengo tres copias del itinerario, junto con instrucciones específicas de Map Quest, todo impreso y unido con clips. Le daré una como referencia. Empiezo a entrar en la casa, y Jordan vacila.
“¿Vas a ayudarme con mis cosas o no?” Pregunte.
“Oh, sí, claro.” Alzo las cejas. “Por supuesto.” Repite con más énfasis.
Me sigue hacia el interior, y sé que me está mirando el culo. Pervertido.
“Jordan.” Dice mi padre, saludándolo con la cabeza. Jordan le saluda con la cabeza también pero no dice nada. Espero que esté asustado de mi padre. Si no lo está, debería. Mi padre es un hombre bastante grande. No es que Jordan sea
escuálido ni nada. De hecho, todo lo contrario. Tiene estos brazos realmente alucinantes que ― Uh. No voy a pensar en ninguna parte del cuerpo mentiroso, tramposo, nunca a tiempo de Jordan, sean brazos o similares.
“¿Excitado por ir a la universidad?” Pregunta mi madre con educación. Su tono es reservado, lo que me alegra. Cuando Jordan y yo estábamos juntos, siempre era súper amable con él. Tal vez me esté haciendo ir en este viaje, pero es obvio de parte de quién está. Espero que Jordan esté incómodo. Espero que esté sufriendo. Espero que…
“Sí, señora.” Dice. Lo que es una mentira total. Obviamente no le podía traer más sin cuidado. Quiero decir, ni siquiera siguió la lista que nos dieron.
“Da igual.” Digo, llevándome las manos a las sienes como si ya no pudiera soportarlo más. “¿Puedes empezar a cargar el coche? No quiero salir más tarde de lo que ya estamos saliendo.” Le lanzo a Jordan una mirada mordaz, que él ignora, y luego le señalo en dirección a mis cosas, que están empaquetadas limpiamente y apiladas sobre el suelo de la cocina.
“Jesús, Court.” Dice, mirando al montículo. “Ya sabes que sólo vas por cuatro años, ¿verdad?“ Lo ignoro y saco una copia del horario del bolsillo.
“Vamos muy retrasados.” Digo, frunciendo el ceño. Deberíamos haber salido hace veinte minutos. Aunque quizás si no paramos para comer y seguimos conduciendo, podamos recuperar tiempo. Aún así, no es bueno empezar tarde. Me he preparado para tráfico y circunstancias imprevistas, por supuesto, pero aún así. Esto no debería contar como circunstancia imprevista. Una circunstancia imprevista es algo que no puedes evitar. Y esto definitivamente habría podido se evitado. Jordan se agacha y recoge una de las bolsas que está en el suelo cerca de mis pies, y roza mi dedo.
“¡Au!” Digo, saltando hacia atrás. “Ten cuidado. Llevo sandalias.”
Sonríe.
“Lo siento, cariño.” Se da la vuelta y sale hacia el coche antes de que pueda responder. Inspiro profundamente. No voy a empezar a pelearme con él. De ningún modo. Si empiezo a pelearme con él, va a saber que me está afectando, y no puedo permitir que eso suceda. Lo último que necesito es que crea que estoy disgustada porque haya roto conmigo. He pasado las últimas dos semanas decidida a enseñarle que no me importa, y no lo voy a fastidiar ahora.
Por supuesto, es mucho más fácil fingir que no te importa alguien cuando no están contigo, pero puedo hacerlo. Sólo tengo que reunir todo mi autocontrol. Desconectar y despegar es mi nuevo lema.
Me doy cuenta de que mi corazón está latiendo a una velocidad ridículamente anormal, y tomo aire de nuevo, profundamente. Puedo hacerlo, me digo. Empiezo a pensar en todos los tíos buenos que voy a conocer en la universidad. Chicos que lean libros de filosofía y beban café. Chicos que escuchen música de verdad, como Mozart y Andrea Bocelli y puede que incluso Gavin DeGraw. Cualquier cosa excepto rap. Eso me hace sentirme mejor, pero sólo durante un segundo.
Asumámoslo: no importa cuántas veces te digas a ti misma que has superado a
alguien, tu corazón conoce la verdad.
Soy una traidora a mi generación. En serio. Hoy en día no hacemos más que oír que hay que ser mujeres fuertes y luchar por nuestros derechos, y mira tú lo que acabo de hacer. Debería ser una de esas historias de la vida real de Seveenten.* “¡Construí Mi Vida Alrededor De Un Chico! ¡Y Ahora Me Arrepiento!” Por supuesto, eso no entraña la intensidad emocional de alguna de sus anteriores historias, véase “Cogí Una ETS** Sin Haber Practicado El Sexo”, pero aún así es importante.
*Revista Americana
**Enfermedad de transmisión sexual
“Vas a estar bien.” Dice mi madre, removiendo el café junto al fregadero. “De hecho, creo que estás actuando de forma algo ridícula.”
“¿Yo ridícula? ¿Yo ridícula?”
¿Cómo puede decir eso? ¿Ha perdido la cabeza? No tiene nada de ridículo el estar disgustada por irte de viaje con tu ex novio, cuando dicho ex novio te rompió el corazón y te dejó tirada por alguna zorra de Internet. Aunque en realidad no puedo decir que sepa con seguridad que sea una zorra. Pero estoy bastante segura de que lo es. Quiero decir, ¿liándose con tíos por internet? Creía que eso sólo era para cuarentonas divorciadas que retocan sus fotos con Photoshop en un esfuerzo por parecer más jóvenes y más delgadas. Por no mencionar ¿en qué estaba ÉL pensando? ¿Un chico de dieciocho años que podría tener a cualquier chica que deseara, teniendo que recurrir a citas por internet? Pero tal vez ese sea el problema con los chicos que pueden tener a cualquier chica. Una nunca es suficiente.
“No dije que fueras ridícula.” Me dice mi madre. “Dije que estás actuando de forma ridícula.”
“En realidad no hay diferencia.” Le digo. “Es como si alguien dijera -Actúas como un tramposo-, eso es porque estás haciendo trampas. Lo que significa que eres un tramposo.”
Como Jordan. Aunque supongo que él técnicamente no me engañó, porque rompió conmigo antes de empezar a salir con la chica de internet. En mi mente, aún pienso en él como en un tramposo. De otra forma, sólo habría conocido a otra chica que le gustó más, y eso no es tan dramático.
“Courtney, suplicaste y suplicaste por hacer este viaje.” Dice mi madre.
“¿Y?”
¿Esa es su gran justificación para llamarme ridícula? ¿Está de broma? Los adolescentes suplican y suplican todo el tiempo: por piercings en la nariz, tatuajes que pongan “Peligro”. Ninguna buena idea. Se supone que mis padres tienen que ser la voz de la razón, devolviéndome en todo momento al buen camino. Obviamente están locos por haber aceptado este plan, en primer lugar. Quiero decir, ¿en qué estaría yo pensando? ¿Haciendo planes para conducir mil quinientos kilómetros hasta la universidad con un chico con meses de antelación? Todo el mundo sabe que la duración media de una relación de instituto es más corta que el episodio de una serie de televisión.
“Tú eres la madre.” Digo. “Deberías haber sabido que esta era una idea horrible.”
Tengo la esperanza de que las culpas recaigan sobre ella, pero no pasará por esas.
“Oh, por favor.” Dice, poniendo los ojos en blanco. “¿Cómo se suponía que iba yo a saber que iba a romper contigo? No soy adivina. Ni tampoco conozco las costumbres de las salas de chat de internet.
“No era una SALA DE CHAT.” Digo. “Era MySpace.” Nadie entraba ya a las salas de chat. Aunque por qué ninguna chica iba a querer salir con Jordan basándose en su página de MySpace me superaria. La canción que escogió para su perfil es “Let’s All Get Drunk Tonight”, de Afroman.
“Correcto.” Dice mi madre, bebiendo un sorbo de su café. Mis padres están tratando de enseñarme algún tipo de lección. No creen que sea bueno que tengan que pagar más de quinientos dólares por un billete de avión de última hora desde Florida a Massachusetts, cuando fui yo quien los convenció para que me dejaran ir en coche. Además, mi madre cree que todo esto no es más que la típica angustia adolescente, una de esas situaciones representadas en las comedias adolescentes que se resuelven en media hora de risas y contratiempos. Ya sabes, cuando dejan a la chica, pero después ella se da cuenta, hacia el final del programa, de que está mejor sin él, y luego se lía con algún otro tío bueno que es mucho mejor para ella, mientras el chico que le rompió el corazón termina solo y deseando volver a estar con ella. Eso es algo que definitivamente no está pasando aquí. De hecho, es más bien todo lo contrario. Jordan se está divirtiendo muchísimo con su chica de MySpace, mientras que yo estoy aquí sentada, deseando estar con él.
Suspire y observe por la ventana de la cocina, buscando el Trail Blazer de Jordan.
Son las 8:07, y se suponía que iba a estar aquí a las ocho, lo que me hace pensar que:
a) llega tarde
b) está siendo un capullo y me está dejando tirada
o
c) se ha visto envuelto en un horrible accidente de coche que lo ha matado
La opción más probable es la A. (Fuimos juntos al baile de graduación, y la limusina tuvo que esperar en su puerta media hora. Al final de la noche nos cobraron una hora extra. Él –léase: sus padres- la pagó, aún así.) Aunque yo me quedo con la opción C. Ok, puede que sin la parte de él muerto. Sólo una pierna rota o algo así. Quiero decir, sus padres siempre se han portado muy bien conmigo, y me sentiría fatal si perdieran a su hijo menor. Incluso aunque sea un mentiroso y un tramposo.
“¿Quieres café?” Pregunta mi madre, lo que es ridículo porque sabe que yo no bebo café. El café interrumpe el crecimiento. Sólo mido 1,55, y aún albergo esperanzas de crecer unos cuantos centímetros más. Además, ya estoy lo bastante tensa. Colocarme con cafeína no es, definitivamente, una buena idea.
“No, gracias.” Digo mirando otra vez por la ventana. Siento un nudo creciendo en mi garganta y lo ignoro. Él no me dejaría tirada, ¿verdad? Quiero decir, eso es muy retorcido. Aunque si lo hiciera, eso significaría que no tendría que ir con él. Lo que sería fantástico. Si me plantara, mis padres no tendrían más opción que dejarme comprar un billete para Boston. Que es lo que deberían haberme dejado hacer desde el primer momento. Inspire profundamente. Sólo son tres días. Podré superarlo, ¿verdad? Tres días no es nada. Tres días es… Me devano los sesos, intentando pensar en algo que dure sólo tres días. ¡Las vacaciones de Navidad! Las vacaciones de Navidad duran diez días y siempre pasan volando. Tres días sólo es un tercio de eso. Además, lo tengo todo planeado al minuto. El viaje, quiero decir. Así estaremos ocupados cada segundo. Por supuesto, las vacaciones de Navidad son divertidas. Y esto va a ser insufrible.
Mi padre entra en la cocina, vestido con un traje gris y bebiendo un batido proteico. Está tarareando una canción de Shakira. A mi padre le encanta el pop. Lo que es raro. Porque tiene casi cincuenta. Aunque creo que puede estar pasando por una ligera crisis de la edad media, ya que últimamente ha empezado a comprar ropa rara. Y sospecho que ha estado usando autobronceador, porque definitivamente se le ve algo naranja.
“Buenos días.” Dice, dirigiéndose hacia donde mi madre está sentada en la mesa de la cocina y plantándole un beso en la cabeza. Abre la alacena y saca una caja de cereales.
“Buenos.” Murmuro, no muy segura de qué hay de bueno en ellos.
“¿Preparada para la universidad?” Pregunta, sonriente.
“Sí, supongo.” Digo, tratando de no sonar demasiado como una mocosa. Mi padre ha aceptado todo esto de mi ruptura mucho mejor que mi madre. Se ha pasado horas intentando alegrarme a base de decirme que conoceré a alguien mejor, que hay más peces en el mar, que nunca le gustó Jordan, etc. Además me compró un iPod nuevo y toneladas de ropa para la universidad. También me pasó una copia de Simplemente No Le Gustas Tanto, que supongo pensó que sería fortalecedor. De hecho sí que es algo fortalecedor, porque habla de cómo no deberías pillarte por un chico que no quiere estar contigo. Por otra parte, darte cuenta de que al chico que te gusta “simplemente no le gustas tanto” no es demasiado bueno para tu propio amor. Además estaba leyéndole partes a mi amiga Jocelyn una vez, y me interrumpió para decir:
“De hecho, si necesitas un libro como ese para que te diga que simplemente no le gustas tanto, probablemente no seas del tipo capaz de superarlo.”
No lo intentaba decir exactamente sobre mí, pero aún así.
“¿Aún no ha llegado Jordan?” Pregunta mi padre, vertiendo leche sobre los cereales.
“Por supuesto que no.” Digo. “Eh, y si no aparece, ¿entonces qué?”
“¿Crees que no aparecerá?” Pregunta él, alzando la vista. “¿Por qué no iba a hacerlo?”
“No lo sé.” Digo. “Pero ¿y si no lo hace?” Empezaba a albergar la esperanza. No hay forma de que ninguno de mis padres pueda o quiera llevarme allá en coche. Ni siquiera me sentiré mal por el dinero que tendrán que gastar en el billete de avión de último minuto, dado que son ellos los psicópatas que me están obligando a hacer este viaje, en primer lugar. “¿Entonces qué?” Insisti.
Pero nadie tuvo que responder a ello, porque el sonido de la gravilla crujiendo
fuera, en el porche, llega a través de la ventana. Mire afuera, y la luz reflejada en el parabrisas del Trail Blazer de Jordan me dio en los ojos.
Algún tipo ridículo de música rap estaba llegando a todo volumen desde el coche, lo que me puso aún más enfadada de lo que ya estaba. Odio el rap. Ni siquiera escucha rap normal, como Jay-Z o Nelly. Escucha rap “hardcore”. (Su palabra, no la mía. Nunca he utilizado la palabra “hardcore” en mi vida. Bueno, justo hasta ahora mismo, pero tan sólo para citar a Jordan.) Ignoro la sensación rara en mi estómago y corro afuera para poder gritarle por llegar tarde.
“¿Dónde has estado?” Exijo mientras sale del coche.
“Yo también me alegro de verte.” Sonríe. Lleva shorts flojos marrones y una camiseta azul oscura de Abercrombie. Su pelo oscuro está húmedo, lo que significa que probablemente acaba de salir de la ducha, lo que significa que probablemente se acababa de despertar. “Lo siento. Estaba empaquetando mis cosas, y después estaba intentando encontrar a mis padres para poder decirles adiós.”
¿Empaquetando sus cosas? ¿Quién espera hasta el día en que se marcha para la universidad para empezar a empaquetar sus cosas? Mis cosas han estado empaquetadas durante una semana, colocadas limpiamente en el exterior de mi habitación hasta que las llevé a la cocina esta mañana. Quiero decir, la oficina de alojamiento nos envió una lista. De las cosas que traer. Apuesto a que Jordan no tiene nada de eso. No es que me importe. Si quiere dormir en un colchón vacío, asqueroso y sucio porque se olvidó de comprar sábanas extra-largas, por mí bien.
He superado completamente lo de Jordan. Esta soy yo, superando lo de Jordan. La, la, la.
“¿No recibiste mi email?” Le pregunto. Hace tres días le envié una copia de nuestro itinerario. Era muy corto, con una línea de asunto que ponía “Horario”, y decía “Jordan. Incluida. Una copia del horario de nuestro viaje. Saludos. Courtney.” Estaba muy orgullosa de él. Del email, quiero decir. Porque era tan corto y tan frío. Por supuesto, nos llevó unas dos horas a mí y a mi amiga Jocelyn encontrar las palabras perfectas, pero Jordan no lo sabe. Sólo debe pensar que soy demasiado importante como para componer largos emails para él, o como para perder el tiempo en un intercambio de mensajes. No es que él me respondiera al mensaje. Pero eso fue obviamente porque fui muy fría.
“¿Aquel sobre el viaje?” Frunce el ceño. “Sí, eso creo.”
“¿Eso crees?” Pregunto.
“Court, no puedes planearlo todo al minuto.” Dice él. “Va a haber imprevistos.” Tomo las gafas de sol que están sobre su cabeza y se los puso.
“Bueno, da igual.” Digo. Afortunadamente tengo tres copias del itinerario, junto con instrucciones específicas de Map Quest, todo impreso y unido con clips. Le daré una como referencia. Empiezo a entrar en la casa, y Jordan vacila.
“¿Vas a ayudarme con mis cosas o no?” Pregunte.
“Oh, sí, claro.” Alzo las cejas. “Por supuesto.” Repite con más énfasis.
Me sigue hacia el interior, y sé que me está mirando el culo. Pervertido.
“Jordan.” Dice mi padre, saludándolo con la cabeza. Jordan le saluda con la cabeza también pero no dice nada. Espero que esté asustado de mi padre. Si no lo está, debería. Mi padre es un hombre bastante grande. No es que Jordan sea
escuálido ni nada. De hecho, todo lo contrario. Tiene estos brazos realmente alucinantes que ― Uh. No voy a pensar en ninguna parte del cuerpo mentiroso, tramposo, nunca a tiempo de Jordan, sean brazos o similares.
“¿Excitado por ir a la universidad?” Pregunta mi madre con educación. Su tono es reservado, lo que me alegra. Cuando Jordan y yo estábamos juntos, siempre era súper amable con él. Tal vez me esté haciendo ir en este viaje, pero es obvio de parte de quién está. Espero que Jordan esté incómodo. Espero que esté sufriendo. Espero que…
“Sí, señora.” Dice. Lo que es una mentira total. Obviamente no le podía traer más sin cuidado. Quiero decir, ni siquiera siguió la lista que nos dieron.
“Da igual.” Digo, llevándome las manos a las sienes como si ya no pudiera soportarlo más. “¿Puedes empezar a cargar el coche? No quiero salir más tarde de lo que ya estamos saliendo.” Le lanzo a Jordan una mirada mordaz, que él ignora, y luego le señalo en dirección a mis cosas, que están empaquetadas limpiamente y apiladas sobre el suelo de la cocina.
“Jesús, Court.” Dice, mirando al montículo. “Ya sabes que sólo vas por cuatro años, ¿verdad?“ Lo ignoro y saco una copia del horario del bolsillo.
“Vamos muy retrasados.” Digo, frunciendo el ceño. Deberíamos haber salido hace veinte minutos. Aunque quizás si no paramos para comer y seguimos conduciendo, podamos recuperar tiempo. Aún así, no es bueno empezar tarde. Me he preparado para tráfico y circunstancias imprevistas, por supuesto, pero aún así. Esto no debería contar como circunstancia imprevista. Una circunstancia imprevista es algo que no puedes evitar. Y esto definitivamente habría podido se evitado. Jordan se agacha y recoge una de las bolsas que está en el suelo cerca de mis pies, y roza mi dedo.
“¡Au!” Digo, saltando hacia atrás. “Ten cuidado. Llevo sandalias.”
Sonríe.
“Lo siento, cariño.” Se da la vuelta y sale hacia el coche antes de que pueda responder. Inspiro profundamente. No voy a empezar a pelearme con él. De ningún modo. Si empiezo a pelearme con él, va a saber que me está afectando, y no puedo permitir que eso suceda. Lo último que necesito es que crea que estoy disgustada porque haya roto conmigo. He pasado las últimas dos semanas decidida a enseñarle que no me importa, y no lo voy a fastidiar ahora.
Por supuesto, es mucho más fácil fingir que no te importa alguien cuando no están contigo, pero puedo hacerlo. Sólo tengo que reunir todo mi autocontrol. Desconectar y despegar es mi nuevo lema.
Me doy cuenta de que mi corazón está latiendo a una velocidad ridículamente anormal, y tomo aire de nuevo, profundamente. Puedo hacerlo, me digo. Empiezo a pensar en todos los tíos buenos que voy a conocer en la universidad. Chicos que lean libros de filosofía y beban café. Chicos que escuchen música de verdad, como Mozart y Andrea Bocelli y puede que incluso Gavin DeGraw. Cualquier cosa excepto rap. Eso me hace sentirme mejor, pero sólo durante un segundo.
Asumámoslo: no importa cuántas veces te digas a ti misma que has superado a
alguien, tu corazón conoce la verdad.
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